lunes, 27 de septiembre de 2010

Esta noche escóndeme entre tus brazos, hazme sentir que no duele y me olvidé de todo.
Déjame ser solamente un pedazo de tu cuerpo, envuélveme entre tu piel y aléjame de mí misma.
Llévame a donde no existo y dame un beso en el daño porque hoy necesito llorarme tantas lágrimas calladas hasta partirme y partir en busca de llantos nuevos, hasta encontrar el lugar donde habitan los motivos que te arrancan el alma de aquel que consume la vida herida.

Esta noche hazme tiniebla en tu sombra, que no me vea ni el aire. Cubre mi fragilidad con un manto de cariño para al menos un instante no ser más que ausencia.
Esta noche no me olvides, búscame entre los pliegues de tus sueños, acaricia mi abandono, pon consuelo en la derrota que siente el que ya no lucha, el que asume que un adiós es el inicio buscado, el que implora que el final sea el punto de partida.
Esta noche dame vida entre tus brazos o déjame ir sintiendo que nunca viví entre ellos.