domingo, 25 de julio de 2010

Hay tantas cosas que deseo decirte que no estoy segura de por donde empezar. ¿Debería comenzar por decirte que te quiero? ¿O que los días que pasado contigo han sido los más felices de mi vida? ¿O que en el poco tiempo que hace que te conozco he llegado a creer que estábamos destinados a encontrarnos? Podría decir todas esas cosas y todas serían verdad, pero mientras las vuelvo a leer, lo único que pienso es que me encantaría poder estar a tu lado ahora, acariciándote la mano y disfrutando con la imagen de tu sonrisa. En el futuro, sé que reviviré nuestros días juntos un millón de veces. Escucharé tu sonrisa, veré tu cara y sentiré tus brazos alrededor de mi cintura. Echaré de menos todo eso, más de lo que puedas llegar a imaginarte. Eres un caballero de los que ya casi no queda, y valoro muchísimo esa cualidad en ti. En todas las ocasiones que hemos estado juntos, nunca has insistido para que me acostara contigo, y, de verdad, no puedo expresarte lo mucho que eso significa para mí. Hace que todo lo que hemos compartido sea incluso más especial, y así es como quiero recordar los días que he pasado contigo. Como la luz blanca y pura que al contemplarla nos quita el aliento. Pensaré en tí todos los días. En parte tengo miedo de que llegue un momento en que tú no sientas lo mismo, de que te olvides de lo que hemos pasado juntos, asi que te propongo un juego: estés dónde estés, y sin importar lo que pase en tu vida, la primera noche de luna llena de cada mes, igual que la que brillaba en el firmamento el primer día que nos conocimos, quiero que la busques en el cielo nocturno. Quiero que pienses en mi y en la semana que hemos compartido, porque esté donde esté, y sin importar lo que pase en mi vida, esa será exactamente lo que yo estaré haciendo. Si no podemos estar juntos, al menos podemos compartir ese momento, y quizás entre los dos consigamos hacer que este sentimiento perdure para siempre. Te quiero, y espero que cumplas la promesa que un día me hiciste. Si regresas me casaré contigo. Si rompes tu promesa, me romperás el corazón.




viernes, 23 de julio de 2010

Me gustas.

Me gusta...
Escuchar el despertador por la mañana y saber que tengo una nueva oportunidad de vida.
Sentir el agua fría recorriendo mi cuerpo lentamente, estampándose en el suelo.
Salir y ver los primeros rayos del sol.

Me gusta...
Sentir el viento frió en el rostro.
Caminar lentamente.
Pasear la mirada por el suelo, por la calle, las flores, los árboles... el cielo.
Escuchar el trino de los pajarillos.

Me gusta...
Tenerte cerca todo el día.
Pensarte a cada segundo.
Soñarte cada noche.
Imaginarte junto a mi.

Y me gusta aun más...
Apreciar tu liviana respiración y el hermoso palpitar de tu corazón.
Aferrarme a tu pecho y no soltarte.
Besar tu frente... tu mejilla.
Dormirme en tu pecho.
Escucharte decir mi nombre.
Morder tus labios en medio de un dulce beso.
Saber que te tengo cerca.
Sentir tus manos en mi espalda, tus dedos enmarañando mi cabello, tus labios en mi cuello.
Tocar tus manos... tu piel, tu boca, tus ojos, tu espalda... tu ser.

Ver la luna entre tus piernas, apretar mi mano junto a la tuya, sintiendo tu piel y la mía.
Tú rozando mi cabello y yo , en mi mente, congelando ese momento...

Duelen los minutos si no estás, duele cada espacio desolado, duele sentirse cruelmente ignorado, esperando algo que nunca vendrá.

Duelen las palabras nunca dichas, duelen los silencios provocados, duele no estar a tu lado y las ilusiones que hoy son solo 
cenizas.


Duele tu mirada que en mí no se fija, duelen tus manos que se escapan de mis caricias, duelen mis besos haciendo pausa, resignándose a perderte y a que me hagas falta.


Duele escuchar a tu corazón que no me amas, duele la impotencia de no poder hacer nada, duelen las noches que de mis sueños te escapas, duelen las mañanas, duele cada instante.


Duele ésta distancia repentina, la lejanía que congela mi corazón como el invierno, la amargura que se lleva todo lo tierno, y que 
borra las alegrías que un día me hicieron sonreír.


Duele, y quiero que lo sepas, nada cambiará con que te lo diga, nada hará verdad una mentira, nada hará recordar a tu alma que hoy me olvida.