viernes, 23 de julio de 2010

Duelen los minutos si no estás, duele cada espacio desolado, duele sentirse cruelmente ignorado, esperando algo que nunca vendrá.

Duelen las palabras nunca dichas, duelen los silencios provocados, duele no estar a tu lado y las ilusiones que hoy son solo 
cenizas.


Duele tu mirada que en mí no se fija, duelen tus manos que se escapan de mis caricias, duelen mis besos haciendo pausa, resignándose a perderte y a que me hagas falta.


Duele escuchar a tu corazón que no me amas, duele la impotencia de no poder hacer nada, duelen las noches que de mis sueños te escapas, duelen las mañanas, duele cada instante.


Duele ésta distancia repentina, la lejanía que congela mi corazón como el invierno, la amargura que se lleva todo lo tierno, y que 
borra las alegrías que un día me hicieron sonreír.


Duele, y quiero que lo sepas, nada cambiará con que te lo diga, nada hará verdad una mentira, nada hará recordar a tu alma que hoy me olvida.