sin artificios,
sin pomposidades,
sin versos.
Te quiero sin a veces,
te quiero.
Siempre.
Te quiero,
en la suciedad,
en la imperfección,
en lo real,
en el orgasmo,
en la orina, el sudor,
en la física humildad.
Te quiero,
con retrasos,
en la pereza,
en lo despistes
y las torpezas.
Te quiero,
en el labio sin pintar,
en la mañana,
en la legaña,
el mal aliento,
en las noches perras,
en las tardes sin ideas,
el aburrimiento,
en la enfermedad de una cama presa,
la nuestra,
te quiero en lo que sabes,
y en lo que no sabes,
en tus miedos,
tus desplantes,
te quiero,
en la sencillez,
en lo sufrido,
en lo presente,
en lo desnudo.
En el glamour,
en la pobreza,
en la sencillez,
en todo.
En cada momento.
Te quiero,
conmigo.