domingo, 9 de octubre de 2011

"Te doy una escalera de espuma para treparte a mí.
Te doy una suite blanca de guipiur y chocolate.
Mis pechos en tus palmas para no caerte.
La grieta de mi entrepierna rosada de sólo piel.
Te doy mi pelo noctámbulo.
Una cama donde comerte y una alfombra donde rozarnos.
Una pared aterciopelada para sostener tus embestidas.
Un afuera y un adentro.
Un pañuelo de seda.
Te doy un lucero, mi humedad, mi saliva.
Una luz, una herida, una opción.
Y abandonados a casi morir desordenados y enredados, 
sin finalizar la fatiga, no darnos tiempo a respirar, y otra vez..."