sábado, 28 de abril de 2012

Dale una razón a este infortunio,
Enséñale un motivo a mi incoherencia,
Regálale una frase acartonada a mis palabras,
Ponles filo a las navajas que cortan estas venas


Márchate, y sin un adiós podré extrañarte
Ódiame, para que pueda con juicio yo dolerme
Olvídame, sin duda alguna puedo recordarte
Mírame, y de tu vista por fin iré perdiéndome


Pero ya no estés, aquí, conmigo,
En silencio, sin prisa, sin voz y sin ausencia
Sin dolor, ni figura, sin razón y sin motivo
Porque así, sin matarme, me mata tu presencia