viernes, 20 de marzo de 2015

Lamento no decir mucho, soy una pseudo escritora frustrada.


Disculpe las molestias, soy una cursi empedernida.
Me gustan los mensajes durante la madrugada, los "buenos días" tan pronto amanece, las charlas absurdas llenas de emoticones y "ja ja ja" (de esos que realmente se escriben con una sonrisa), las distracciones a media tarde con un "hola, ¿qué haces?" o un simple changuito de whats app.

Disculpe si la sonrisa no me llega a los ojos, es que a veces no le siento. Si no caminamos tomados de la mano (por más absurdo, tonto y cliché que suene) olvido que estás ahí conmigo. Porque no me basta con ver (lamento, también, ser ambiciosa) también le quiero saber y sentir presente.

Lamento la cabeza gacha, es que si miro al cielo me acuerdo de usted y yo no sé encontrarle forma a las nubes si no está. Y la luna no brilla tanto si no la miran.

Disculpe que no me despedida al final de una llamada, es que aún me da miedo decir "adiós" y siento una fobia terrible, aún más, si lo escribo.
Me da pena repetir lo mismo tantas veces, es que me gustaría que supiera lo mucho que le extraño, que le quiero y que agradezco el hecho de su presencia.

Lamento las molestias, soy una cursi cortavenas.

Me gustan los detalles chiquititos, las visitas sin invitación, las llamadas a base de risas, los mensajes inesperados, los abrazos por la espalda, los besos en la nuca y las charlas después  el sexo. 

El café caliente y las manos frías, los besos espontáneos y las comidas sin receta, las caminatas largas y los días grises, la música de fondo y la luz tenue,  los libros amarillos y el aroma a otra época.

Lamento no decir mucho, soy una pseudo escritora frustrada.

Me gusta tu camisa abotonada hasta el cuello y tu cabello revuelto, tus pestañas largas y lo purpúreo de tus ojeras, tu sonrisa chiquitita  y el gemir cuando estás por llegar.
Me gustan los poemas de amor, sobre todo si tienen un buen narrador. 

Escribir odas en tu espalda y usar tus lunares como puntos suspensivos.
Me gustan tus pies pálidos y larguiruchos junto al sonido que hacen al andar, tus pantalones rasgados  y llenos de lodo por pasar entre la hierba.

Lamento las letras, no sé expresarme de manera oral (teniendo la ropa puesta).
Me gustaría escribir cosas más elocuentes e interesantes pero en éste momento mi definición de esas palabras llevan su nombre y no encuentro manera más adecuada para confesarle lo mucho que me gusta. 

Me disculpo por todo lo antes escrito, quizá es demasiado absurdo para usted, quizá muy poco, quizá muy cliché. Sea como sea lamento las molestias, prometo ya no entrometerme en su camino y dejar que el camino se bifurque... Aunque nos vayamos por extremos diferentes.