-¿Quién eres tú?- le preguntó a la mujer del río
-¿Cómo que quién? Soy tu reflejo ¿acaso no me recuerdas? O mejor dicho, ¿a caso no te recuerdas?
Ella observaba, anonadada por la situación ¿en verdad era esa mujer tan miserable? ¿cómo había caído en eso?
-Amando- le contestó su reflejo- En esto te convierte el amor, cuando no lo sabes valorar.
-¿En qué? ¿En qué me convertí?
- En nada, solo eres un reflejo que aparenta ser alguien.
No eres más que una ilusión y ¿sabes por qué?
-¿Por qué?- le respondió susurrando
-Porque de nada sirve que parezcas algo si no lo demuestras.
Esta mujer tan bella no es nadie, tú no eres nadie. No eres nadie sin él.
-¿Cómo que quién? Soy tu reflejo ¿acaso no me recuerdas? O mejor dicho, ¿a caso no te recuerdas?
Ella observaba, anonadada por la situación ¿en verdad era esa mujer tan miserable? ¿cómo había caído en eso?
-Amando- le contestó su reflejo- En esto te convierte el amor, cuando no lo sabes valorar.
-¿En qué? ¿En qué me convertí?
- En nada, solo eres un reflejo que aparenta ser alguien.
No eres más que una ilusión y ¿sabes por qué?
-¿Por qué?- le respondió susurrando
-Porque de nada sirve que parezcas algo si no lo demuestras.
Esta mujer tan bella no es nadie, tú no eres nadie. No eres nadie sin él.