viernes, 29 de junio de 2012

"Tengo miedo. 
Me asustan las palabras descompuestas. Esas que se tiran contra el suelo y no se rompen. Las que rebotan, las que pegan, las que gimen. 
Me espantan las lenguas con espinas, los cerebros sin rosas, los corazones de piedra.
Me aterran los vacíos, la oscuridad de las sílabas, los destellos mojados. 
Me escondo entre algunas páginas, pero sus gritos son más fuertes y hacen eco en mis tímpanos. Ellos hablan con esas mismas palabras que duelen.
Los escucho siempre, están bajo mi ventana. Vienen porque saben que les tengo pánico. Gritan a todas las horas. A deshora. Todo el tiempo. Después de él. Tiemblo, y se me quedan unos vocablos con sabor agrio dentro de la boca. Ahora los escupo. No puedo llevarlos dentro por mucho tiempo."

jueves, 28 de junio de 2012

 Quiero llenar mi cuarto con tus fotos y mi cama con tus poemas y mi alma con tus rostros.
Hombre de mar y aire: ven a mi lecho a perturbarme con tus olas, ahoga todos mis deseos en tu arena y arráncame la piel contra los corales. Péscame, de una vez, por dios, tira el anzuelo sin miedo a que se me desgarre la boca. Péscame. Yo estaré esperando a un lado de las sirenas, y por debajo de las medusas. No importa si es de noche y no se ve, no importa si tropiezas con los caballitos o los erizos o las estrellas; yo estaré tendida sobre el arrecife que lleva tu nombre.

viernes, 22 de junio de 2012


También era la más solitaria y la más triste. Era la genio de la melancolía; se sumergía en ella, separando sus numerosos hilos y apreciando sus sutiles enredos. Era un prisma a través del cual la tristeza se dividía en su espectro infinito.

jueves, 21 de junio de 2012


—No estoy enojada. ¿Sabes? No deseo tampoco serte indiferente, pero estoy rara, me siento un poco dispersa; como si doliera, y no es de pena, no es por ti que me siento así. Es de mi, de mi ineptitud para decirte lo que siento.

-Palabras al viento. 


" Y tú me dices que tienes los pechos vencidos de esperarme,
que te duelen los ojos de tenerlos vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.
Y tú me dices que sabes
que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,
de golpear mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándole a ciegas,
una nueva manera de rescatarte a besos
desde la ausencia en la que tú me gritas
que me estás esperando.
Y tú me dices que estás tan hecha
a este deshabitado ocio de mi carne
que apenas sí tu sombra se delata,
que apenas sí eres cierta
en esta oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío "

viernes, 15 de junio de 2012

domingo, 10 de junio de 2012


Sigo teniendo una relación privilegiada con el cuarto de baño, ese lugar donde consigo evacuar psicológicamente lo que me pesa todavía y, hasta en el mejor de los casos, lo logro físicamente.

Todo fluye, todo se va, es solamente cuestión de tirar de la cadena.
"Recuerdo que, después de hacer el amor con él la primera vez, .sentí la necesidad de poner en el papel todos los ruidos que había hecho nuestra ropa al caerse, explicar el trayecto de su lengua recorriendo todo mi cuerpo, el juego de sus manos sobre mi pecho, la ternura de  sus caricias en mi vientre, el olor de su aliento que .soplaba sobre mi rostro, como un pequeño viento familiar que llegaba siempre cuando el cuerpo tiene fiebre de lujuria, la alegría compartida durante nuestros orgasmos, nuestro reposo, entrelazados, los golpecitos cómplices de los dedos de sus pies contra los míos cuando intentábamos encontrar el sueño, y su manera de Barrarme para no dejarme escapar a la otra punta de la cama. Habia intentado recordar todo lo que pasó por mi cabeza cuando entró en mí la primera vez. Pero no me acuerdo ya. Imágenes confusas bailan en mi mente. Estoy cansada y mi vida acaba de dar un giro de 180 grados."


-Diario de una ninfómana.

miércoles, 6 de junio de 2012

Felices 17, Abigaíl.


La vida empieza a correr desde el primer momento en que nos toca un guante de látex.
Avanza, sin preguntar cuál es ritmo que quieres tomar, sin disculparse por ir tan rápido, sin aburrirse porque va muy lento. Mi ritmo de vida es torpe. Tropieza más de lo que avanza y se detiene más que un camión público.
Aún sigo siendo una niña, me ilusiono con facilidad. Vuelo, encima del mundo entero, para después caer y quebrarme las alas. Devoro nubes, dejando que se deshagan en mi lengua, para que después mis ojos vomiten el agua que éstas tenían. Me resbalo en arcoiris que no conducen a una olla con monedas de oro, sino a un lago lleno de lodo.
Hoy fue mi cumpleaños y yo no quería una enorme fiesta, un pastel gigante, un montón de globos, millones de abrazos y mucha gente a mi alrededor. Lo único que yo quería era una velita para pedir un deseo. Lo único que esperaba de este día era un dolor de estómago por tanto reír. 

No tuve una velita ni carcajadas a más no poder.
Hoy tuve un día ocupado, entre exámenes finales y estrés, entre charlas cortas y saludos improvisados, entre sonrisas fingidas y felicitaciones hipócritas. Hoy tuve un día aburrido, igual a todos los demás. Hoy descubrí que estoy creciendo.
Hoy me di cuenta de que ya no puedo ser una niña, ya no me puedo ilusionar más. No puedo seguir ansiando la felicidad en cada momento. No puedo tener nada a menos que me esfuerce. No me voy a quedar teniendo 15 años, y no todo va a ser felicidad.
La verdad es que no disfruté el día de hoy pero no es el último, hoy también comprendí eso. La vida no se trata de un día al año, ni la edad. La vida se trata de ese momento que está por venir, de qué tanto lo vamos a aprovechar.

Felices 17 Abigaíl, no te desilusiones de la vida porque ésta no tiene la culpa de tu amargura.

martes, 5 de junio de 2012

Ni siquiera tú.






Mi cuerpo es una oruga a punto de desplegar sus alas, un ciervo aprendiendo a caminar, un cisne dormido.
Un círculo de carne alrededor de tu carne.Un triángulo al que tu lengua puede entrar.
No te alejes, no me ahogues, tapa estos sexos llorones pero sin despegarte de mí un milímetro.
La colcha ahí, los pies afuera, las manos quemándose los huecos que han dejado nuestras siluetas.
La cama rechina, la almohada se cae, las sábanas se mojan y nuestro encuentro se incendia.
Loca de anudarte al deseo con todas mis uñas rasgándote como una hoja. Lamiéndote las nervaduras.
Hoja de cristal, hoja de junco, hoja de mimbre que me reduce a perra absurda olfateando tu vegetal órgano.
Mi rostro caracol resbala pegajoso, llevando mi casita rodante arriba, abajo, adentro de tu tallo.
Me dices que te escriba un poema, en el cuerpo; un poema que nadie más pueda leer.
Y escribo cada letra con la punta de mi lengua roja, repasándola una y otra vez, hasta que se quede impregnada en tu piel.
Me ayudas con los signos de puntuación, marcando cada punto con una embestida, cada coma con un empujón.
Cada mordida es un acento y cada rasguño un punto... suspensivo.
Al terminar derramas la tinta blanca sobre mi ombligo, dejando una mancha indeleble en el papel que ha sido nuestra piel.


Te pones de pie, te diriges al baño y nada, no lees absolutamente nada.
-¿Por qué?- es tu pregunta, a lo que yo te respondo
Ni siquiera tú, delante del espejo sosteniendo la mirada en el cristal que te miente diciendo que estuve allí, podrás leer mis poemas. Ni siquiera tú, que te has obsesionado en leerme a pesar del sudor que borroneó las letras. Y ahora chorrean vocales en la madrugada de relojes fracturados sobre el reflejo de mis pechos. 
Y ahora soy yo en el espejo que te mira regresar de tu orgasmo consonante. Ni siquiera tú, que me has servido de hoja para plasmar mis más dulces deseos, ni siquiera tú que eres a quien yo amo más.

Casi.

"Acaricia mi cuerpo, bésame el alma, perdona mis errores, rompe mi calma. 
Estruja tus miedos contra los míos, deshazte entre mis bragas.
Róbame el sabor, quédate a mi lado, háblame con la mirada.
No tengo más opción que dártelo todo, que comerme mis miedos, que llevarte a la cama.
Sino fuera por tí, yo no sería casi nada."