Llegaste con muchas promesas, sueños, metas, en medio de ilusiones, risas y trompetas.
Y hoy te vas, para ya no regresar jamás.
Te vas, y me dejas un corazón herido, el alma rota y los sueños vacíos.
Te vas, y me dejas en el suelo, hecha pedazos, arrastrándome a ciegas.
Te vas y ni siquiera me dices adiós.
Pero a pesar de eso, a pesar de todo lo malo no te olvidaré, porque con cada tropiezo me trajiste una piedra nueva, con cada caída encontré una nueva forma de levantarme, con cada altibajo aprendía a volar.
Te me estás yendo de las manos y aún me falta mucho por aprender de ti, aún tengo dudas, temores y muchas decepciones guardadas.
Te vas, y aún no me he podido ir de ti.
Pero sabes, espero y el 2013 me traiga cosas mejores, y para ser sinceros, también peores porque gracias a todos esos malos ratos es como me he podido mantener en pie, gracias a todas esas pérdidas es como me hice más fuerte, y gracias a todos mis errores es como aprendo a ser mejor.
Gracias por todo, 2012. Gracias por tantas cosas bellas y horrendas que me hiciste pasar, gracias por los obstáculos y los vientos fríos, gracias por las letras y las melodías nocturnas, gracias por la lluvia y por el arco iris que sale después.
No prometo extrañarte, ni llorar porque ya te no estarás; prometo recordarte y darte gracias por cada lección.
Adiós, y no te enojes si el próximo año me divierto más.
lunes, 31 de diciembre de 2012
Rota.
Tan rota como la muñeca de trapo, que yace olvidada bajo la cama, de la niña que se convirtió en mujer.
Tan rota como la copa que está en el suelo, la que el borracho dejó caer, la que su líquido derramó.Tan rota como la ventana con vista al cielo nublado, la que el viento hizo añicos en un ataque de furia.
Tan rota como la rama más alta, la más frágil, la más seca; la que la ardilla pisoteo dejándola caer.
Tan rota como el espejo sin reflejo, sin sonrisa a la cual imitar; espejo al que el puño hizo destrozar.
Tan rota como la promesa vacía y sin deseo de cumplirse, la que la boca pronunció sin pensar.
Tan rota como el ala del ave caída, que en pleno vuelo su distracción la llevó a un desenlace fatal.
Tan rota como la taza en la cocina, aquella que dejó al café huir de su interior.
Rota, por ti, por mí, por nosotros.
Rota, pero no deshecha.
Afortunadamente, aún tengo reparación.
sábado, 29 de diciembre de 2012
Te perdono.
"Te perdono por todo:
Por haberme engañado, por haberme mentido, por odiarme a ratitos y pensar en otros a veces.
Te perdono por todo lo que yo considero hiciste mal.
Te perdono por abandonarte de tal manera a mi suerte, por permitir mis palabras hirientes; por entregar tanto por tan poco, también por querer ser mi todo.
Pero más te perdono por perdonarme. Pues perdón como el tuyo, no lo merece nadie."
— El Necromante.
lunes, 24 de diciembre de 2012
Navidad.
Una fiesta navideña,
sin regalos,
sin ropa nueva,
sin cena preparada desde las 7:00am
sin adornos en la casa,
sin peinados, maquillajes y estilos arreglados,
sin música,
sin dinero.
sin regalos,
sin ropa nueva,
sin cena preparada desde las 7:00am
sin adornos en la casa,
sin peinados, maquillajes y estilos arreglados,
sin música,
sin dinero.
Una fiesta navideña,
llena de risas,
amor,
felicidad,
buenos deseos,
sueños,
ilusiones,
esperanzas.
Para hoy, por favor.
domingo, 9 de diciembre de 2012
Me faltas tú.
Me falta color en las uñas, debe ser porque ya no caminamos tomados de las manos.Me falta color en las mejillas, debe ser porque ya no me susurras perversiones al oído.Me falta color en los ojos, debe ser porque ya no se iluminan al verte llegar.
Me falta color en los labios, debe ser porque ya no los besas.
Me falta color en el cabello, debe ser porque ya no lo desenredas.
Me falta color en el cuerpo, debe ser porque ya no me abrazas.
Me falta color en las piernas, debe ser porque ya no las acaricias.
Me falta color en las letras, debe ser porque ya no estás.
Y no sé qué me consume más, si mis enfermedades o tu ausencia.
Y no sé qué me hace más daño, si fumar o pensarte.
Y no sé qué me lastima más, si la navaja o los recuerdos.
Me faltas tú, me falto yo.
Me falta color en los labios, debe ser porque ya no los besas.
Me falta color en el cabello, debe ser porque ya no lo desenredas.
Me falta color en el cuerpo, debe ser porque ya no me abrazas.
Me falta color en las piernas, debe ser porque ya no las acaricias.
Me falta color en las letras, debe ser porque ya no estás.
Y no sé qué me consume más, si mis enfermedades o tu ausencia.
Y no sé qué me hace más daño, si fumar o pensarte.
Y no sé qué me lastima más, si la navaja o los recuerdos.
Me faltas tú, me falto yo.
sábado, 8 de diciembre de 2012
Susúrrame lo que quieras, pero no me susurres tu adiós.
Susúrrame al oído, hazlo muy suave para que el viento no te escuche y el mar no te vea.
Cuéntame, en medio de éste cuarto obscuro, las razones de que la soledad me embriague noche tras noche, la razón de que mis ojos lloren al verte, y entre caricias se enmudezcan mis labios.
Ven, susúrrame al oído todos los errores cometidos, las faltas, los fracasos.
Cuéntame cómo pasaré mis noches en soledad, en recuerdos y llanto.
Entre nudos rotos y gargantas irritadas, entre golpes de pechos y mañanas apagadas.
Entre nudos rotos y gargantas irritadas, entre golpes de pechos y mañanas apagadas.
Susúrrame suavemente...
Despacio, no tengo prisa por que te apartes de ahí.
Únete a mi oído y llénalo de tu voz, así como hiciste con mi corazón.
Ven, susúrrame que te quedarás a mi lado.
Dime que éstas lágrimas se marchitarán.
Dime que esto es una pesadilla y pronto voy a despertar.
Dime que aún eres mío, que me perteneces y sigues aquí.
Dime que esto es una pesadilla y pronto voy a despertar.
Dime que aún eres mío, que me perteneces y sigues aquí.
Susúrrame al oído, quedito.
Como quien no quiere despertar a alguien que yace en un sueño placentero.
Como quien llega a mitad de la noche, tan sólo a decir "buenas noches, te amo".
Como quien no tiene ganas de irse y está seguro de quedarse a dormir.
Como quien llega a mitad de la noche, tan sólo a decir "buenas noches, te amo".
Como quien no tiene ganas de irse y está seguro de quedarse a dormir.
Susúrrame suavemente...
Despacio, no tengo prisa por que te apartes de ahí.
Dime lo que sientes, pero no me digas que ya no me amas.
Ven y susúrrame palabras necias, tontas e incoherentes,
palabras dulces, tiernas e indelebles.
Susúrrame lo que quieras,
pero no me susurres tu adiós.
sábado, 1 de diciembre de 2012
Al terminar de leer “Sal
con una chica que lee”, sonrió.- Abigaíl leía, escribía y tomaba café. Abigaíl era
frágil, torpe y muy dulce a la vez. Abigaíl era una mujer melancólica,
sentimental y susceptible a cualquier comentario con respecto a su persona. De
apariencia “ruda” y un tanto agresiva, desinteresada, fuerte e inmune a los
demás. Abigaíl aparentaba ser una mujer segura y por dentro se escondía tras la
puerta, cual niña pequeña.- Al terminar de leer sonrío y se sintió herida,
porque a pesar de ser tan maravillosa como ese texto decía, como muchas
personas afirmaban como él llego a afirmar, a pesar todo eso, ella no lo
sentía. Abigaíl es inestable y empieza a preocuparse por su físico, más que
para agradarle a los demás es para agradarse a sí misma; quiere sentirse
orgullosa del reflejo que le muestra el espejo. Abigaíl es insegura, duda en
cada decisión que toma, en cada paso que da y en cada respuesta que afirma.
Abigaíl sabe lo que es amar y por ende, sabe lo que es doler. Al
terminar de leer “Sal con una chica que lee”, se sintió
herida, estúpida, insignificante; porque nada de eso era suficiente para el
hombre que ella amaba y el que le había jurado amor incondicional. Ella no era
lo suficientemente linda, tierna e interesante, lo sabía porque de no ser así,
él no hubiera necesitado “amigas” porque la tenía a ella, y ella leía y
escribía también y aún así no era suficiente.
No soy tu amiga.
No lo soy.
Porque tú, a tus amigas, las abrazas.
Porque tú, a tus amigas, las besas.
Porque tú, a tus amigas, les dices lo lindas y sensuales que se ven.
Porque tú, con tus amigas, te metes a bañar.
Porque tú, a tus amigas, les aceptas todo lo que te quieran dar.
Porque tú, con tus amigas, juegas obscenamente.
Porque tú, a tus amigas, les hablas vulgarmente.
Porque tú, a tus amigas, les haces proposiciones indecorosas.
Porque tú, a tus amigas, les subes el autoestima.
Porque tú, a tus amigas, las consuelas cuando alguien las lastima.
Porque tú, a tus amigas, les saca millones de sonrisas.
Porque tú, a tus amigas, les cuentas cómo te fue en el día.
Porque tú, con tus amigas, aplicas el "a la mujer lo que pida".
Y yo no puedo ser tu amiga; porque a mí, todas esas cosas, me las daba mi novio.
Y no me conformo con ser plato de segunda mesa, ni servilleta a la hora de comer.
Porque si alguien quiere estar conmigo es porque está de acuerdo en que me va a pertenecer.
Soy envidiosa, querido. No me gusta compartir mi carne con las zorras hambrientas que vaguen por ahí.
Porque tú, a tus amigas, las abrazas.
Porque tú, a tus amigas, las besas.
Porque tú, a tus amigas, les dices lo lindas y sensuales que se ven.
Porque tú, con tus amigas, te metes a bañar.
Porque tú, a tus amigas, les aceptas todo lo que te quieran dar.
Porque tú, con tus amigas, juegas obscenamente.
Porque tú, a tus amigas, les hablas vulgarmente.
Porque tú, a tus amigas, les haces proposiciones indecorosas.
Porque tú, a tus amigas, les subes el autoestima.
Porque tú, a tus amigas, las consuelas cuando alguien las lastima.
Porque tú, a tus amigas, les saca millones de sonrisas.
Porque tú, a tus amigas, les cuentas cómo te fue en el día.
Porque tú, con tus amigas, aplicas el "a la mujer lo que pida".
Y yo no puedo ser tu amiga; porque a mí, todas esas cosas, me las daba mi novio.
Y no me conformo con ser plato de segunda mesa, ni servilleta a la hora de comer.
Porque si alguien quiere estar conmigo es porque está de acuerdo en que me va a pertenecer.
Soy envidiosa, querido. No me gusta compartir mi carne con las zorras hambrientas que vaguen por ahí.
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