sábado, 1 de diciembre de 2012

No soy tu amiga.

No lo soy.
Porque tú, a tus amigas, las abrazas.
Porque tú, a tus amigas, las besas.
Porque tú, a tus amigas, les dices lo lindas y sensuales que se ven.
Porque tú, con tus amigas, te metes a bañar.
Porque tú, a tus amigas, les aceptas todo lo que te quieran dar.
Porque tú, con tus amigas, juegas obscenamente.
Porque tú, a tus amigas, les hablas vulgarmente.
Porque tú, a tus amigas, les haces proposiciones indecorosas.
Porque tú, a tus amigas, les subes el autoestima.
Porque tú, a tus amigas, las consuelas cuando alguien las lastima.
Porque tú, a tus amigas, les saca millones de sonrisas.

Porque tú, a tus amigas, les cuentas cómo te fue en el día.
Porque tú, con tus amigas, aplicas el "a la mujer lo que pida".


Y yo no puedo ser tu amiga; porque a mí, todas esas cosas, me las daba mi novio.
Y no me conformo con ser plato de segunda mesa, ni servilleta a la hora de comer.
Porque si alguien quiere estar conmigo es porque está de acuerdo en que me va a pertenecer.

Soy envidiosa, querido. No me gusta compartir mi carne con las zorras hambrientas que vaguen por ahí.