-Carlos Ruiz Zafón; La sombra del viento.
jueves, 30 de mayo de 2013
"Ahora ya sé que te he perdido, que lo he perdido todo. Y aún así no puedo dejar que te vayas para siempre y me olvides sin que sepas que no te guardo rencor, que yo lo sabía desde el principio, que sabía que te iba a perder y que tú nunca ibas a ver en mí lo que yo en ti. Quiero que sepas que te quise desde el primer día y que te sigo queriendo, ahora más que nunca, aunque te pese..."
miércoles, 29 de mayo de 2013
Ya no soy su Luna; y él, no es mi lobo.
-¿Cómo te gusta más, la luna?
-Abajo, grande y brillante. Sin pretensiones de estar en la cima rodeada de estrellas; a parte, abajo está más cerca de su lobo, de su poeta, de su amor imposible. ¿Y a ti?
-¿Pero que mas da si le falta uno? La luna tiene a muchos que le hacen escándalo. ¿Ella a quien va a preferir, con el simple hecho de estar arriba? Ni por mas que quiera a uno podrá llegar a él. En todas sus faces y colores me gusta. Me gusta la luna.
- Si a ella le importaran todos aquellos que le escriben sería mujer, no luna. Y por qué no querer a alguien, si ella podría estar con él antes de su puesta en escena. Y así, con una media sonrisa iluminar las noches de todos aquellos amantes que yacen en una cama en plena madrugada.
Y por qué no enamorarse de ella, quizá el que esté arriba sea duro, pero quien de verdad la quiera saboreará el haberla besado al amanecer, y recibirla al anochecer.
- Últimamente me quedo a esas horas y no me dice nada. Quizá por que soy un idiota. A mí me sigue gustando la luna. Aunque no me hable, aunque me ignore por las noches, aunque le derrame lágrimas cuando estoy dormido y ella se quede allá arriba
- Y no es porque seas un idiota, es porque no tienes compañía. Y es tan triste, tan triste porque te has quedado como los demás: corto. Y aún y escribas los mejores poemas, le dediques las más bellas canciones y le hagas los dibujos más hermosos, serás igual a todos aquellos que le declaran amor, que le dicen noche tras noche que la aman pero se quedan abajo, observándola, idolatrándola si así le quieres llamar. Se quedan abajo, viéndola. Y no, así no le gusta que la traten.
- Yo solo digo que me gusta... Te metes en unas ondas muy abstractas
-Sí, suelo metaforizar todo cuanto pienso.
-Abajo, grande y brillante. Sin pretensiones de estar en la cima rodeada de estrellas; a parte, abajo está más cerca de su lobo, de su poeta, de su amor imposible. ¿Y a ti?
-¿Pero que mas da si le falta uno? La luna tiene a muchos que le hacen escándalo. ¿Ella a quien va a preferir, con el simple hecho de estar arriba? Ni por mas que quiera a uno podrá llegar a él. En todas sus faces y colores me gusta. Me gusta la luna.
- Si a ella le importaran todos aquellos que le escriben sería mujer, no luna. Y por qué no querer a alguien, si ella podría estar con él antes de su puesta en escena. Y así, con una media sonrisa iluminar las noches de todos aquellos amantes que yacen en una cama en plena madrugada.
Y por qué no enamorarse de ella, quizá el que esté arriba sea duro, pero quien de verdad la quiera saboreará el haberla besado al amanecer, y recibirla al anochecer.
- Últimamente me quedo a esas horas y no me dice nada. Quizá por que soy un idiota. A mí me sigue gustando la luna. Aunque no me hable, aunque me ignore por las noches, aunque le derrame lágrimas cuando estoy dormido y ella se quede allá arriba
- Y no es porque seas un idiota, es porque no tienes compañía. Y es tan triste, tan triste porque te has quedado como los demás: corto. Y aún y escribas los mejores poemas, le dediques las más bellas canciones y le hagas los dibujos más hermosos, serás igual a todos aquellos que le declaran amor, que le dicen noche tras noche que la aman pero se quedan abajo, observándola, idolatrándola si así le quieres llamar. Se quedan abajo, viéndola. Y no, así no le gusta que la traten.
- Yo solo digo que me gusta... Te metes en unas ondas muy abstractas
-Sí, suelo metaforizar todo cuanto pienso.
martes, 28 de mayo de 2013
La respuesta no es 2.
Nosotros, juntos, túyyo (junto, para que no quede ningún espacio).
Cuando no conocía la respuesta, cuando la olvidaba, cuando la confundía, cuando improvisaba, cuando mentía... La respuesta era 2, nosotros dos.
Si estaba triste, si me enojaba, si me derrumbaba, si me perdía, si me encontraba, si no estabas, si faltaba... La respuesta era 2, túyyo.
Cuando fallábamos, cuando nos equivocábamos, cuando nos faltaban los motivos o incluso nos sobraban... La respuesta fue 2, juntos los dos.
Y ahora que no estás ¡la maldita respuesta sigue siendo dos!
-¿Por qué lloras?
-¿Por qué no eres feliz?
-¿Por qué no te brilla la mirada?
-¿Dónde has dejado esa sonrisa carmín que llevabas en el rostro?
=Porque ya no hay 2. No hay nosotros, juntos, túyyo.
Porque ahora es él, yo. Separado.
Porque ya no somos.
Porque no estamos juntos.
Porque la respuesta no es 2 y yo no llego a ser siquiera un 1.
Cuando no conocía la respuesta, cuando la olvidaba, cuando la confundía, cuando improvisaba, cuando mentía... La respuesta era 2, nosotros dos.
Si estaba triste, si me enojaba, si me derrumbaba, si me perdía, si me encontraba, si no estabas, si faltaba... La respuesta era 2, túyyo.
Cuando fallábamos, cuando nos equivocábamos, cuando nos faltaban los motivos o incluso nos sobraban... La respuesta fue 2, juntos los dos.
Y ahora que no estás ¡la maldita respuesta sigue siendo dos!
-¿Por qué lloras?
-¿Por qué no eres feliz?
-¿Por qué no te brilla la mirada?
-¿Dónde has dejado esa sonrisa carmín que llevabas en el rostro?
=Porque ya no hay 2. No hay nosotros, juntos, túyyo.
Porque ahora es él, yo. Separado.
Porque ya no somos.
Porque no estamos juntos.
Porque la respuesta no es 2 y yo no llego a ser siquiera un 1.
sábado, 18 de mayo de 2013
Te amo; como si estuvieras conmigo, como si no estuvieras... sin mí.
Te amo; como si camináramos juntos, como si no fuera tu piedra.
Te amo; como si fuera tu decisión más importante, no tu última opción.
Te amo; como si me pertenecieras, como si no fuera tuya.
Te amo; como si fueras tú, no como yo hubiese querido que fueras.
Hablemos de frases terribles.
Bésame, ya es hora de que despierte.
Mis párpados de niegan a abrirme el telón de la realidad, mis pies se niegan a pisar el suelo frío y abandonar las nubes en mis sueños, mis alas están muy cansadas como para despegar.
Estoy aquí, desnuda. Con el alma abierta de par en par, esperando a que escapen mis miedos.
Con la mirada perdida en busca de un rumbo, con el reflejo roto en el espejo.
Y está la gota de lluvia que recorre mi médula espinal, ésa que me recuerda que tus manos ya no están.
Y está el viento gélido en mis mejillas, como tus palabras en aquella noche del adiós.
Y está la luna, esa maldita perra que me recuerda que soy tuya, como la primera vez que hicimos el amor.
Te extraño, como quien olvida el libro en su casa, en un día lleno de soledad.
Te extraño, como quien bebe el café sin compañía, como quien fuma para olvidar.
Te extraño, como si te me escurrieras entre las manos cual si fueras agua, y el calor de las peleas te evaporara lejos de mí.
Ven, que mi corazón no cesa de llamarte; 65 veces por minuto.
Mírame y dime que ya no estás, porque yo aún sigo aquí.
Ven, devuélveme todos esos suspiros, sonrisas y besos que robaste.
Regresa, aquí; conmigo.
Mis párpados de niegan a abrirme el telón de la realidad, mis pies se niegan a pisar el suelo frío y abandonar las nubes en mis sueños, mis alas están muy cansadas como para despegar.
Estoy aquí, desnuda. Con el alma abierta de par en par, esperando a que escapen mis miedos.
Con la mirada perdida en busca de un rumbo, con el reflejo roto en el espejo.
Y está la gota de lluvia que recorre mi médula espinal, ésa que me recuerda que tus manos ya no están.
Y está el viento gélido en mis mejillas, como tus palabras en aquella noche del adiós.
Y está la luna, esa maldita perra que me recuerda que soy tuya, como la primera vez que hicimos el amor.
Te extraño, como quien olvida el libro en su casa, en un día lleno de soledad.
Te extraño, como quien bebe el café sin compañía, como quien fuma para olvidar.
Te extraño, como si te me escurrieras entre las manos cual si fueras agua, y el calor de las peleas te evaporara lejos de mí.
Ven, que mi corazón no cesa de llamarte; 65 veces por minuto.
Mírame y dime que ya no estás, porque yo aún sigo aquí.
Ven, devuélveme todos esos suspiros, sonrisas y besos que robaste.
Regresa, aquí; conmigo.
Hablemos de frases terribles; "te amo", por ejemplo; y "yo no", como final.
martes, 14 de mayo de 2013
Facebook.
Nosotros, acostados junto a la ventana, con la brisa húmeda rozandonos los cuerpos desnudos.
Mi cabeza en tu pecho, escuchando tu latir y tratando de seguir el ritmo de tu respiración.
Tus manos en mi cabello, desenredando cada uno de mis nudos, descendiendo por mi espalda y uniéndome cada vez más a ti.
Nosotros, en una noche fría, cálida, nublada, estrellada... Nosotros en el día, en la tarde, en la noche, en la madrugadas.
Nosotros, juntos. Juntos siempre.
Mi cabeza en tu pecho, escuchando tu latir y tratando de seguir el ritmo de tu respiración.
Tus manos en mi cabello, desenredando cada uno de mis nudos, descendiendo por mi espalda y uniéndome cada vez más a ti.
Nosotros, en una noche fría, cálida, nublada, estrellada... Nosotros en el día, en la tarde, en la noche, en la madrugadas.
Nosotros, juntos. Juntos siempre.
viernes, 10 de mayo de 2013
No te deseo un feliz día; yo deseo que estés siempre conmigo para poder hacerte feliz.
Tú; que me cuidas, me enseñas, me muestras, me defines, me gritas, me susurras, me cantas, me das motivos, me ayudas.
Tú; que me guías, me corriges, me levantas, me apoyas, me nutres, me iluminas, me amas.
Tú; que me respetas, me dices, me repites, me sanas, me cuidas, me demuestras que la vida sigue y aún quedan razones por luchar.
Tú; que me gritas, me abrazas, me limpias las lágrimas y me calmas hasta razonar porque eso es una de mis virtudes.
Tú; que día con día me elevas con tus palabras de aliento y me demuestras que estás ahí, conmigo.
¡Y es que yo no sé qué haría sin ti!
Sin tu risa, sin tus palabras, sin tu cariño, sin tus regaños y tus lecciones diarias, sin tus locuras y tus momentos insoportables.
¡Y es que no sé cómo agradecerte por eso!
Por la vida y las razones para seguir, por el apoyo y todos esos jalones de cabello que me merezco.
Por cada locura, momento incómodo y pláticas nocturnas.
Por ser mi mejor amiga, mi verdugo, mi ángel, mi paz, mi calma y mis momentos de histeria.
Y lamento ser tan desobediente, imprudente y terca, pero también necesito equivocarme, para algún día llegar a ser tan maravillosa como tú y que mis hijos se sientan tan orgullosos de mí como yo lo estoy de ti.
Disculpa si a veces soy grosera, o impertinente, pero estoy creciendo y no veo las cosas como tú, y aunque sé que estoy mal, aún tengo ese impulso estúpido de ir a equivocarme... Y pese a todo eso, sé que tú estarás ahí, cuando te necesite y llegue con la cabeza abajo por haberte decepcionado.
Y esa es una de las cosas que más te agradezco.
Y no sólo hoy, sino siempre.
No tengo nada que pueda resumir lo infinitamente agradecida que estoy contigo, lo único que se le acerca es: Te amo, mamá.
Tú; que me guías, me corriges, me levantas, me apoyas, me nutres, me iluminas, me amas.
Tú; que me respetas, me dices, me repites, me sanas, me cuidas, me demuestras que la vida sigue y aún quedan razones por luchar.
Tú; que me gritas, me abrazas, me limpias las lágrimas y me calmas hasta razonar porque eso es una de mis virtudes.
Tú; que día con día me elevas con tus palabras de aliento y me demuestras que estás ahí, conmigo.
¡Y es que yo no sé qué haría sin ti!
Sin tu risa, sin tus palabras, sin tu cariño, sin tus regaños y tus lecciones diarias, sin tus locuras y tus momentos insoportables.
¡Y es que no sé cómo agradecerte por eso!
Por la vida y las razones para seguir, por el apoyo y todos esos jalones de cabello que me merezco.
Por cada locura, momento incómodo y pláticas nocturnas.
Por ser mi mejor amiga, mi verdugo, mi ángel, mi paz, mi calma y mis momentos de histeria.
Y lamento ser tan desobediente, imprudente y terca, pero también necesito equivocarme, para algún día llegar a ser tan maravillosa como tú y que mis hijos se sientan tan orgullosos de mí como yo lo estoy de ti.
Disculpa si a veces soy grosera, o impertinente, pero estoy creciendo y no veo las cosas como tú, y aunque sé que estoy mal, aún tengo ese impulso estúpido de ir a equivocarme... Y pese a todo eso, sé que tú estarás ahí, cuando te necesite y llegue con la cabeza abajo por haberte decepcionado.
Y esa es una de las cosas que más te agradezco.
Y no sólo hoy, sino siempre.
No tengo nada que pueda resumir lo infinitamente agradecida que estoy contigo, lo único que se le acerca es: Te amo, mamá.
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