miércoles, 29 de mayo de 2013

Ya no soy su Luna; y él, no es mi lobo.

-¿Cómo te gusta más, la luna?
-Abajo, grande y brillante. Sin pretensiones de estar en la cima rodeada de estrellas; a parte, abajo está más cerca de su lobo, de su poeta, de su amor imposible. ¿Y a ti?
-¿Pero que mas da si le falta uno? La luna tiene a muchos que le hacen escándalo. ¿Ella a quien va a preferir, con el simple hecho de estar arriba? Ni por mas que quiera a uno podrá llegar a él. En todas sus faces y colores me gusta. Me gusta la luna.
- Si a ella le importaran todos aquellos que le escriben sería mujer, no luna. Y por qué no querer a alguien, si ella podría estar con él antes de su puesta en escena. Y así, con una media sonrisa iluminar las noches de todos aquellos amantes que yacen en una cama en plena madrugada.
Y por qué no enamorarse de ella, quizá el que esté arriba sea duro, pero quien de verdad la quiera saboreará el haberla besado al amanecer, y recibirla al anochecer.
- Últimamente me quedo a esas horas y no me dice nada. Quizá por que soy un idiota. A mí me sigue gustando la luna. Aunque no me hable, aunque me ignore por las noches, aunque le derrame lágrimas cuando estoy dormido y ella se quede allá arriba
- Y no es porque seas un idiota, es porque no tienes compañía. Y es tan triste, tan triste porque te has quedado como los demás: corto. Y aún y escribas los mejores poemas, le dediques las más bellas canciones y le hagas los dibujos más hermosos, serás igual a todos aquellos que le declaran amor, que le dicen noche tras noche que la aman pero se quedan abajo, observándola, idolatrándola si así le quieres llamar. Se quedan abajo, viéndola. Y no, así no le gusta que la traten.
- Yo solo digo que me gusta... Te metes en unas ondas muy abstractas
-Sí, suelo metaforizar todo cuanto pienso.