viernes, 28 de junio de 2013

No te estoy esperando.

Hace frío esta noche, igual que ayer, igual que hace un mes.

El brillo de la luna ya no intenta entrar por mi ventana, los rayos del sol ya no me dan los buenos días.
El viento se llevó tu aroma, tus caricias, tus promesas de un mañana.
La tierra está seca, caliente, árida; me quema los pies con la intención de no dejarme avanzar.
Las nubes están rebosantes de agua, me arrancaron las lágrimas y me han dejado seca.
Los árboles ya no dan sombra, se niegan a convertirse en el libro que narre nuestra historia.
Los senderos ya no llevan a ningún lado, se cruzan entre sí y se terminan en medio de la nada.

Mi cama está vacía, mi taza de café está vacía, mi mirada está vacía, mi alma está vacía.

Me compré zapatos, vestido, accesorios, un bolso y un lápiz labial rosado.
Uso sandalias, me arreglo el cabello, me maquillo a las cinco de la mañana.
Sonrío sutilmente cuando alguien intenta alegrarme el día.
Salgo mucho, voy a fiestas, bailo, canto, me tomo millones de fotografías, bebo ligero.

Camino lenta y suavemente, al compás con mis caderas, cruzo las piernas de manera discreta, me muerdo los labios, sonrío retadoramente, me voy con arrongancia.
Coqueteo, seduzco, utilizo, desecho, disfruto.

Me pica el pecho, quema, arde, duele; ahí, en ese lugar donde marcaste tu  huella indeleble.

He leído 10 libros en el mes. Me enamoré de 3.
He escrito 40 entradas en mi blog. Publiqué 7.
He publicado 160 tuits. Borré 350.
He salido con hombres 15 veces. Me divertí con 3.
He dado 10 besos. saboreé 1.
He ido a 6 fiestas nocturnas. Disfruté 2.

He bebido alcohol 15 veces. Me embriagué 1.
He tenido 16 propuestas de noviazgo. Acepté 1.

El espejo me devuelve una mirada funesta, muerta, podrida: cansancio, rencor, melancolía, tristeza.

Es el mundo, son los objetos, son cuentas... no soy yo.
Estoy en un barco sin timón, sin tripulación y con la tormenta dentro de mí.
Sigo caminando, sigo esperando, me sigo desmoronando.
Estoy rozando mi futuro con la yema de mis dedos, lo estoy escuchando, casi lo puedo saborear.
Es el camino, mis pasos, mis tropiezos, mis problemas, mis derrotas... soy yo.
Sigo en pie, saliendo de los escombros, trepando por la montaña peligrosa de mis decisiones.

No te estoy esperando, estoy esperando volver a ser sin ti.