jueves, 10 de octubre de 2013

Y es que aquí ya no hay nada, mas que cenizas de lo que fue el otoño

Llegas, ¿para qué? ¿Para qué regresas al lago donde arrojaste aquella vez la piedra que se te atravesó en tu camino?
Y yo sigo aquí, amándote como siempre, siendo la misma idiota que te recuerda día tras día a pesar de los años. ¿Y para qué? ¿Para qué si tú ya no estás conmigo?
Ilusa yo, que pensé poder olvidarte, que creí ser más fuerte y me sentí más plena que nunca
¿De qué le sirve a la luna brillar si no hay poeta que le escriba, lobo que le aúlle ni sol que la eclipse?
Y es que aquí ya no hay nada, mas que cenizas de lo que fue el otoño.
¿Por qué? Si yo era tan feliz jugando a que podía intentarlo con alguien mas. Si sus besos no me recuerdan a ti y él me toca en lugares que tú ni sabías que existen.
Vete, que tu amor es como el otoño: solo viene a secar las hojas, para despues dejarlas en el piso esperando a que alguien las pise y las deshaga.