Te tengo. Y solo deseo llenarte de mí, invadirte sin reservas. Aquí. Ahora. Me perteneces, mis ojos son llamas dispuestas a incinerarte. Estas inmóvil. En silencio, por un instante te contemplo pero mis labios se mueven impacientes atrapando tu aliento. Ríndete. Dame ese labio inferior que ya declaré mío, ese que será prisionero de guerra entre tu boca y la mía. Déjame. Hoy voy a amarte como tenga gana de hacerlo. Sentirás mis manos recorrer el contorno de tu rostro y después me dirás lo bien que mis dedos se entienden con tu pelo. Así. Es tan fácil encontrarme con el camino a tu cuello, a tus hombros, a tu pecho. Despójate de ataduras, del traje rudo, de la cordura, dame tu desnudez de cuerpo y alma. ¡Te quiero!...
Acariciándote, puedo sentir como vibras por completo, no hay descanso en tu pecho, reclámale a mi boca que insaciable se empeña en recorrerlo todo, todo por entero, todo es mío, igual que tu espalda, que tu cintura, tu vientre, tus piernas, esas piernas firmes que me enloquecen, las mismas que me roban lo que me queda de sensatez cada que las siento, cada que me atrapan.
¿Que le voy a hacer?, estoy seducida por esa carta de Tarot llamada Deseo.
Entrelaza tus manos con las mías y déjame quererte, déjame apoderarme de tu sexo, de tu orgasmo, es lo que quiero, déjame poseerte, déjame entregarme, déjame pertenecerte y llenar ese vacío que dices que sientes.
¡No te atrevas a enamorarte de nadie mas!, yo estoy aquí, dispuesta a quererte, dispuesta a ser tu confesión y tu locura, ¡dime!, ¿que mas puedo hacer?, ¿que mas debo admitir?, ¿a quien hay que quitar de en medio para que seas de mí por completo?, quiero llenar tu vacío, quiero que Tu seas de mí, siempre, siempre, sólo de mí…
¡Dame tu vacío que yo sé bien como llenarlo!