sábado, 4 de agosto de 2012

Feliz cumpleaños, Tere.

Hoy es tu cumpleaños, no sé cuántos son, no sé si quieres decírmelo, y en realidad no me importa. Porque la vida no se mide en años, se mide en recuerdos.
Hoy es tu cumpleaños, no sé qué quieras que te regale, no sé si sea algo material, y en realidad no quiero preguntarlo. Porque los cumpleaños no se tratan de los regalos, sino de un grato momento.
Hoy es tu cumpleaños, no sé cuál haya sido el mejor, no sé cuál haya sido el peor, y en realidad no es relevante. Porque en la vida, y en los cumpleaños, no importa cuál haya sido el peor o el mejor de todos; se trata de disfrutar cada uno, como si fuese el último que vayamos a tener.
Hoy es tu cumpleaños, no sé si tu vida sea lo que algún día deseaste, no sé si la estés disfrutando al máximo, y en realidad no sé qué haría si eso no fuese así. Porque a pesar de todos los malos momentos, de las penas, las caídas, los golpes; a pesar de todo, yo estaré allí. 

Hoy es tu cumpleaños, no sé si quieras descansar, no sé si prefieras hacer una gran fiesta, y en realidad no me importa. Porque no se trata de las fiestas, se trata de tener alguien a un lado, alguien diciéndote "feliz cumpleaños".

Hoy es tu cumpleaños y no sé nada más. 
Sé que te amo, como a nadie en este mundo, y que estoy enormemente agradecida por todos los años que has pasado a mi lado; por todas las cosas que has sacrificado con tal de hacer algo por mí.
Sé que a pesar de todo, y de quien sea seguiremos juntas y aunque sea en ratitos, seremos felices.
Sé que soy la hija más patética y rara que hayas podido imaginar, pero también sé que todo es gracias a ti.
Sé que, quizá haya mujeres mejores, pero yo no quiero a nadie más que a ti.

Hoy es tu cumpleaños, y no tengo nada más que decirte "Felicidades, mamá".