Me siento morir. Literal y dramáticamente hablando.
Siento esa tristeza que acompaña el final de ciertos acontecimientos, esa melancolía de la lluvia, esa incertidumbre en las últimas páginas del libro, esa resignación que guarda el punto final.
Tengo ese sabor amargo del hubiera, ese nudo en la garganta que anuda el orgullo, esa piedra en el zapato de la cobardía, esa espinita en el dedo de la impotencia.
Necesito ver a tantas personas, abrazarlas fuerte y decirles cuánto les quiero, disculparme por ser tan impulsiva y no actuar ni gritar pero sí quedarme callada.
Me urge perdonar a tanta gente, deglutir tantos tragos amargos, procesarlos y defecarlos después.
Debo terminar tantas cosas pendientes, tantas metas, tantos libros a medias, tantos comienzos, tantos finales sin el punto.
Aún me quedan signos de interrogación por cerrar, puntos por suspender, comas por continuar y escribir una historia que comience por un "érase una vez".
Me falta comprarme unas botas para la lluvia, una chaqueta negra de piel, un moño rojo, un pantalón de tubo color negro y una luna más.
No he terminado de leer a Zafón, a García Márquez, a Bukowski y a Sartre. No tengo a Frida en mi estante, ni a Neruda en mi mesa de noche. Ni siquiera le he cambiado el aumento a mis lentes.
No he podido comprarme unos VANS rojos, ni unos tacones para aprender a pisar.
Mi voz no está ronca por cantar toda la madrugada, mis pies no están hinchados de tanto bailar. Mi blusa no está empapada de sudor y la sonrisa no se ha podido asomar.
El vestido blanco, sigue en mi armario. Sin estrenar.
Aún no llego a mi peso ideal, a mis clavículas les falta saltarse más, mi cabello sigue largo y maltratado por los nudos que no has deshecho.
No conozco Londres, ni siquiera he ido al museo azul en México.
Por pendientes importantes me falta llevarle serenata a mi mamá, aprender a tocar "memories in my eyes", contar un millón de veces más los lunares de tu
espalda, darle forma a las nubes en una tarde gris y contarle a mi hija la manera en que me enamoraste.
Tengo tanto por hacer y tan poco es el tiempo,
tengo tanto por hacer y es tan poca mi fuerza,
tengo tanto por hacer y me faltan motivos. Me faltas tú. Me falto. Nos falto.