Te me fuiste de un día para otro. Te me escurriste entre los dedos cual si fueses agua. Desapareciste tan fugaz como una estrella. Llegas, me haces feliz... ¡Inmensa y estúpidamente feliz!
Gracias, por haber venido, por quedarte día tras día hasta cumplir años. Porque mes tras mes me sorprendías con nuevas sensaciones. Porque latido tras latido crecías más.
Gracias, amor; gracias por llegar a mi vida.
Me embriagaste, me hiciste alucinar cual si fueses droga, me hiciste reír cual si fuese niña, me hiciste soñar cual adolescente y me hiciste actuar, cual si fuese mujer.
Gracias por venir, amor.
Aprendí a colorear sin seguir los bordes de la imaginación, a cantar con las manos y escribir las poesías más cursis en su espalda. Me enseñaste a tejer sueños, cual si fuese araña. Me dejaste volar, pese a vivir dentro de una jaula.
Gracias por visitarme, amor.
Me hice más fuerte; maduré. Y aprendí que madurar no es dejar de reír sino hacerlo con más fuerza y un poquito de menos ruido. Me mojé, me empapé de ti y ahora te evaporaste como agua al sol.
Gracias por llenarme, amor.
Y no me arrepiento de nada, ni siquiera de los errores. Porque así es como algún día te podré tener cada día cuando despierte. Y estarás ahí, para darme los buenos días y hacerme buenas las noches.
Gracias por llegar, no con la persona correcta ni en el momento preciso pero sí por darme una probadita de tu sabor.Gracias por llegar a mi vida, "amor".