Esa pregunta suscita otra: ¿somos libres en nuestros actos o somos juguetes del destino?
-Lo que tenga que pasar pasará y los hombres no pueden cambiar nada- dice cuando llega a la altura de los invitados y toma asiento
-Creer tal cosa llevaría a desistir de toda acción. ¿Por qué seguir viviendo en esas condiciones?, ¿Y cómo buscar la felicidad o hacer el bien en lugar del mal, si todo esta escrito por adelantado? No, yo no estoy de acuerdo con usted. Al contrario, creo que cada día que vivimos nos permite construir un futuro que esta por inventarse.
-Según usted- interrumpe un periodista- la historia de la humanidad no sería más que un encadenamiento de causas y efectos que comenzó hace millones de años, mucho antes del nacimiento de la Tierra?
-Eso es, y añadiría incluso que es inútil tratar de cambiar el curso de las cosas pues, en ese mismo espacio interestelar, además de los parámetros del futuro sistema solar, estaba también su propia vida y también los acontecimientos que relatará usted en sus artículos de esta noche, mañana, el mes que viene o en los próximos años.
-Es espantoso lo que me dice. Pero tranquilíceme: ¿cómo los estoicos estaban convencidos de eso?
-Aún a riesgo de decepcionare, sepa que en la historia del pensamiento reaparece sin cesar esa noción de predestinación. Esta misma idea, que ya estaba presente en los grandes mitos antiguos, fue tomada también por algunas religiones.Piensen por ejemplo en las sombras de los proyectores... "
Fragmento de: El Manuscrito MS 408..