Tocan la puerta...
-Hola- al abrirla me doy cuenta de que eres tú
-Hola- avientas la puerta y esta se cierra detrás de al azotar en la pared
-¿Y ...- te lanzas contra mi estrepitosamente y estampas tus labios con los míos, me besas desenfrenada mente y aprietas mi espalda
-¿Y eso...?- pregunto de nuevo, pero ahora jadeando
Tu solo sonríes y me guías escaleras arriba, de nuevo me estampas contra la pared, pero el beso es dulce y lento, saboreamos cada segundo, mordiéndonos los labios, presionándolos fuertemente, uno contra el otro y viceversa...
Tus manos descienden a mi cintura, con caricias se introducen dentro de mi blusa, suben y bajan, recorriendo cada centímetro de piel, yo sólo te abrazo y me pego a tu cuerpo.
-¿Qué egoísta, no?- pienso- no se vale solo recibir - así que mis manos también descienden lentamente y desabrochan tu pantalón, el cual se desliza hasta tus pies
-Y si mejor me quito los zapatos?- dices apartándote de mi, los quitas rápidamente y sacas por completo el pantalón.
Yo mientras tanto me siento en la cama y pienso en lo que va a suceder, en si ¿es correcto o no?, si ¿me voy a arrepentir o no?, interrumpes mi pensamiento inclinándote frente a mi
-¿Qué tienes?, solo niego con la cabeza y te abrazo
-No te preocupes, yo no te voy a obligar a nada- tus palabras resuenan en mi cabeza, levanto la miraba y te beso
-No es eso- susurro
-Entonces?- vuelves a preguntar con aquella tonalidad de suplica que tanto odio, levanto tu playera y la arrojo a la otra cama, acaricio tu espalda, sintiendo cada musculo, cada pedazo de piel, y tu haces lo mismo, arrancas mi blusa y me aferras a ti presionando tu pecho contra los míos, después la cosa se calienta un poco y bajas los tirantes de mi sostén con la boca, lo desabrochas por detrás, me abrazas y vuelves a besarme.
Tus manos suben y bajan por mi cuerpo, desabrochas mi pantalón ya sin dulzura, mas bien lo haces con desesperación, este cae al suelo y me empujas levemente hacia la cama, besándome, dejándome cada vez mas sin respiración, mordiéndome la boca, entrelazando nuestras lenguas y quedas encima de mi (¿cómo?, no tengo idea), tu respiración también se acelera y me besas aun mas fuerte, me acaricias, me muerdes, me rasguñas, me tocas, me aprietas con fiereza, nuestra ropa interior (o lo que queda de ella) se separa de nuestros cuerpos y cae al suelo, la temperatura aumenta y siento como mi cuerpo comienza a arder, nos besamos descaradamente, nuestras lenguas entran y salen, se mueven, exploran, sienten, provocan...
Tus manos bajan a mis piernas y las recorren lentamente, tus labios rozan mi cuello y tu lengua desciende a mi pecho; Mis manos recorren tu pecho, sintiendo tu respiración, tu espalda, tu cara, enmaraño tu cabello, sintiéndolo entre mis dedos, me aferro a ti, tratando de fundir nuestras almas, tu aliento tibio en mis pezones y tu mano en mi feminidad, tocando cada rincón, todo eso me eriza los vellos de la piel, me sacuden por dentro, invadiéndome de sensaciones inexorables, enchinandome la piel...
Tu mirada se detiene fijamente en mis ojos, penetrante como suele ser, con ese brillo que sobresale en la obscuridad de la habitación, lo peor es que no me hipnotizan y me doy cuenta de la situación, trato de enderezarme pero tu brazo no me lo permite, esta clavado encima del mio y me presiona fuertemente, volteo la cara y tu la vuelves hacia ti
-Emmm- digo nerviosa
-Te Amo- te recuestas a mi lado sin apartar la mirada y mágicamente aparezco encima de ti, te vuelvo a besar, mi lengua recorre tu pecho, tu cuello, tus labios.
Me doy cuenta de que nuestra respiración esta extrañamente tranquila, tan suave que apenas puede percibirse, la lujuria se fue, pero el deseo se conserva , me abrazas pegándome aun mas a ti y lo inesperado ocurre...