Las palabras que jamás te he dicho siguen guardadas aquí, y tú, que estas y no estás...
Cómo siempre no es el momento.
Las miradas que jamás he cruzado siguen haciendo brillar mis ojos.
Y tú, que vienes y te vas, para no variar se nos pasa el tiempo.
Los abrazos que jamás te he dado siguen adheridos a mis huesos-
Y tú, que apareces y te evaporas. Así quedo yo, rumiando en el silencio.
Tantas cosas en espera, contenidas, caricias ardientes que se me escapan...
A intervalos impacientes ¡Y tú, que tardas tanto!
No me queda más que esperarte... o hacerme a la idea de que ya te has marchado.