lunes, 30 de enero de 2012

No uses a tu favor mi debilidad. Porque sabes que si me sonries, caigo de nuevo en la incertidumbre de perder cada uno de los motivos por los que me alejé de ti. No seas desleal.Quédate ahí, inmóvil, como siempre. Quédate inmóvil, pero completamente, sin usar siquiera las palabras, las miradas induciendo a la confusión. Quédate ahí, junto a tus miedos inmaduros, junto a tu grata certeza de saberte ajeno a los peligros que podría acarrearte el enamoramiento.

Amantea

Háblame antes de que suceda, háblame hoy, que este viento traerá tu voz. Dime que un día volveremos a estar, a sentir, sin límites, sin medida. Aunque no sea cierto, dímelo. Dime que la vida entonces será larga y la tristeza breve. Miénteme. Cuéntame medias verdades partidas en dos, fragmentos de mentiras que hablen del reencuentro. Alivia con tu voz la carga de conocer todas las formas del verbo adiós. Desde todos los puntos cardinales me llega tu recuerdo, tu inexistencia, destrozando todas las palabras que pensé, todos los propósitos que planeé para olvidarte, para salvarme. ¿Sabes?, no se puede medir esta oscuridad. Tendré que dejar de preguntar, pues sólo una silenciosa quimera llega por respuesta. Tendré que dejarte, te dejaré definitivamente olvidada. Seguiré pensando en otras cosas para no caer en el dolor de pensarte. Aunque sigas en todo. Tal vez, de vez en cuando, te sueñe disimuladamente.

-David F. Cantero-
Quiero que lo sepas.
 No te amo en pasado, no te amo en presente, ni te amo en futuro, es un amor sin tiempo, tampoco tiene distancias, es simplemente amor puro, cargado de ilusiones, lleno de promesas que no deben cumplirse porque ya se cumplieron todas al conocerte. Te amo, como dos palabras que forman una sonrisa en tus labios, como dos cielos llenos de colores reflejados en tus ojos, como dos palabras infinitas que no deben dejar de sentirse. Quererte en realidad es un premio, desconozco si te merezco, al menos lucho por merecerte. Pero es un premio, es un regalo que cualquier persona debería recibir, pero que sólo tengo yo.

sábado, 28 de enero de 2012


Un trocito de nube antecede tu tacto húmedo, porque las aguas astrales han venido a inaugurar el romance que nos empapa. Hay pocas cosas tan bellas en el mundo. Tú te mueves como un niño inquieto en las calles que brillan tras la lluvia. El frío nos cala los huesos. La gente observa desde las ventanas una vida que no quiere, esta ciudad no les dice nada. A nosotros sí. Al fin y al cabo, quiere darnos tiempo para despedirnos bien. 


Sobrevivimos a este lado de la vereda. Avanzamos ligeros, despojados, con los bolsillos vacíos. No tenemos nada salvo a nosotros mismos. Y eso nos hace felices. No lloramos de tristeza, amor, sólo lloramos. Sonreímos sin culpa, sin peso, sin temor. Nos hemos protegido así. Somos transeúntes queriéndonos sin prisa, invadidos de locura, clarividentes del cielo. Nuestro espíritu habita en las esquinas, reconoce las historias prendidas en la piel. Confiamos, invisibilizando anhelos. Entonces volvemos a brillar.

miércoles, 25 de enero de 2012

En efecto, me demostró que sabía amar; solo que ya era muy tarde.

-Te invito a desayunar y a esquiar y a venirte a París conmigo.
-Estás loco.
-¿Por qué?
-Apenas me conoces.
-Qué más da. Me fio de ti.
-Hace falta mucho más que eso.
-¿Hace falta que me gustes?
-Por ejemplo. Y que me escribas cuentos y me cantes canciones al oído.
-Lo haré.
-Y que me digas que la Torre Eiffel no tiene ningún sentido sin mí arriba.
-No lo tiene.
-Y que me abrigues cuando haga frío y tengas preparado un café con leche y con espuma.
-No lo dudes.
-Y que me des la mano con fuerza y me abraces rojo sangre rompehuesos.
-Haré todo lo que quieras.
-¿Y me querrás?
-Te querré. Te querré tanto que no vas a poder creerte que se pueda ser tan feliz.
-¿Y se podrá?
-Ponme a prueba.

martes, 24 de enero de 2012

Lloré, porque me di cuenta de que era una tonta, estúpida e infantil niña orgullosa.

Lloré hasta sentir las lágrimas secarse en mis dedos. Lloré hasta respirar hondo y darme cuenta de que ya nadie me hacía bien. Lloré hasta entender que estaba sola y desprotegida en este lugar. Lloré hasta perder la conciencia y sentirme completamente inútil. Lloré, porque comprendí que nada era capaz de hacerme sentir viva y, hasta a veces, poder arrancarme una sonrisa; nada podía ser tan sorprendente y real al mismo tiempo. Lloré porque sentí tu ausencia, esa que hasta hoy nunca había sentido, y por fin logré darme cuenta de que en realidad, aunque me cueste aceptarlo, no es culpa de nadie ni de nada lo que me sucede. Lloré, porque por primera vez en mi vida me sentí realmente sin apoyo, sin amigos, ni nadie a quien recurrir cuando la soledad corta mis palabras y ahoga mi respiración, gozando una dulce venganza de mis errores y tropiezos. Y fue así como me ví de nuevo en esta habitación tratando de recordarte, recogiendo los pedazos de tu boca, armando de a poco tu risa y sepultando otras voces, para poder entre ellas distinguir tus susurros; y sin querer entenderlo, cuando ninguna de las fichas encajaba, entendí que te había perdido y que además, había olvidado tantos sueños y tantos recuerdos felices. Lloré, porque sólo tenía viejos recuerdos, algunas imágenes borrosas de las que casi no distinguía tu lejana y triste mirada. Lloré hasta creerme feliz por un instante, hasta que sin motivos empecé a reír sin parar, sin llegar a entender completamente que estaba haciendo. Lloré hasta verte al lado mío, secando con tanto amor mis lágrimas, tratando de aliviar mí llanto. Lloré, porque de alguna manera me estaba resignando a seguir cada minuto y cada segundo sin tu compañía. Lloré porque creía sentirme fuerte y comprendí que tú me dabas esa fuerza capaz de hacerme sentir el aire rozar con mis labios; lloré porque nunca te diste cuenta de que todo lo que hacía era solamente por tí, porque nunca sentí que mi esfuerzo era suficiente para que te sintieras orgulloso de mí. Lloré, porque vivía cada día sin vivirlo, creyéndome feliz, convenciéndome de que todo lo que hacía estaba bien. Vivía sólo para entregarte miradas, mis energías, mi vida en un segundo y poder sonreír al saber que te quedarías sólo por mí. Y después de eso, volví a entender que cada cosa que hacía era inútil, que a nadie le importaba verdaderamente lo que hacía o dejaba de hacer. Y lloré, para descargar de una vez por todas, todo el dolor que me ocasionaba sentirme tan poca cosa, de pronto me había olvidado de cómo era sentirse orgullosa de una misma, lloré porque te extrañaba y no podía hacer nada para recuperarte. A pesar de mis intentos siempre hay algo que supera mis fuerzas y me derriba haciendo caer una y otra vez de la misma forma, en el mismo lugar, lastimando mi dignidad. Fue así, que al saber que te habías ido perdí todas las ganas de seguir; tal vez me acostumbre demasiado a tenerte cerca y a que me transmitieras cada día un poquito de tu filosofía, porque de cada día hacías una historia diferente. Antes de que llegaras no confiaba en nadie, ni siquiera en mí, y la verdad es que siempre supe que algún día te iba a perder, porque lo bueno nunca dura mucho (al menos para mí) y lloré como tantas otras veces, a escondidas, para no defraudarte. Lloré, porque te necesitaba más que nunca, más que siempre y la noche apenas comenzaba.













Ven
.
Deslizate en mi herida y cúrala con tus besos

 que la insación se dé por vencida y hagan

 de mis labios presos.

sábado, 21 de enero de 2012

No es sexo, es el Cosmos.

  "El dolor es sin duda lo que debe de asustar a la gente. 
Pero la muerte no puede ser dolor, si el dolor es físico y la muerte, el estado definitivo en el que perdemos nuestra envoltura. Tengo mi propia teoría acerca de lo que debe de pasar cuando una muere.  Somos pura energía, y al morir, todos nuestros átomos se irán mezclando con el resto del Universo.  Nuestra energía propia acabará mezclándose con la energía del Cosmos. Ni Paraíso, ni Infierno.  Somos una unidad del Cosmos, o sencillamente el Cosmos entero. 
Así me siento yo cuando hago el amor. Siento una mezcla de energía con la otra persona, que me hace viajar y fundirme con el Cosmos. La energía de mi orgasmo es una pequeña parte de mí misma que se va y acaba mezclándose con el Universo, y cuando acabo rendida, vuelvo a mi estado humano. Es un viaje
sideral de mis células que se quedan dispersas para siempre, prisioneras de un tumulto energético, el cual no sé gestionar y que me llama permanentemente."


jueves, 19 de enero de 2012

Everyday.

Todos los días, al levantarme, recuerdo tus palabras. y mi cabeza (quizás mi mente) lo hace de tal manera que parece que estás a mi lado, a escasos centímetros, repitiéndomelas, una por una. Es tanta la sensación de cercanía que me quedo sentada al borde de esta roca, con la cabeza mirando al agua, ojos cerrados, disfrutando de ese resquicio de voz dulce que me invade todo el cuerpo como la primera vez. Y tu olor se cuela en la atmósfera, y tu presencia se esfuma de mi subconsciente como el sol en verano. Debo de estar loca porque cuando miro al frente veo tu imagen y miro tus ojos y entonces me doy cuenta: el mundo puede venirse abajo si quiere. Y no quiero parpadear, porque sé que cuando lo haga se irán. Parpadeo. Se han ido.

miércoles, 18 de enero de 2012






Se evaporaban hasta las gotas que resbalaban por el asfalto con el aliento que desprendía su boca. Y aún quedan restos de su aroma incluso en mi piel. Insuficiente es cada uno de sus besos y caricias. Adictivos. Como si cada susurro se deslizara por todo mi cuerpo hasta llegar a mi pecho. Como si el temblor de nuestras extremidades me recorriera tal escalofrío. Sigo sintiéndote cerca, aquí. Se me enredaban los dedos entre su pelo mientras las caricias heladas dibujaban débilmente una sonrisa tachada de nerviosismo. 

lunes, 16 de enero de 2012

—Y ¿sobre qué escribes?
— Sobre como veo el mundo. ¿Cómo ves tú el mundo?
— Lleno de oportunidades, creo que abundan las cosas buenas, las positivas ... ¿Cómo lo ves tú?
— Hay dos maneras de verlo. Una es la que tú has dicho: que la vida está bien ... aunque haya cosas malas ... como si no las vieras.
—¿Y la otra manera?
—Es ver la realidad ... siempre está ahí aunque todo vaya bien y los niños jueguen y las parejas se besen y ... siempre está ahí. Pero mucha gente ni es capaz de verlo.
—Y ¿qué es? Dime ... ¿qué es lo que no ven?
— Eso que siempre se está escabullendo, como todos nos estamos muriendo por dentro, lo tristes que estamos todos realmente.
— ¿Y ver las cosas así hace que te sientas triste?
— Hace que no sienta casi nada.

Me hizo el amor de la manera más bella, besándome lento en la espalda.

Una tarde grisácea y fría, una cama de sábanas blancas y dos amantes de cuerpos tibios.
Respiraciones entrecortadas, besos desesperados y caricias que se convertían en rasguños; abundaban allí. Fluidos corporales eran la mayor parte de su composición; sudor, saliva,semen e incluso sangre.

Vaiveneos pélvicos, movimientos de piernas, lenguas curiosas, manos ansiosas, uñas desgarrando y  tomando algo con fuerza... Cada vez más recio, fuerte, más duro, erecto. Entrando, saliendo, y de vuelta hacia adentro; perforando.

Y entre cada embestida un gemido, un suspiro y un segundo más de satisfacción.
Ella arriba y él abajo, ambos envueltos en el más plácido ajetreo.
Ella boca abajo y él encima, ella encima y el sentado, ella boca arriba y él de pie...

Después de varios y vigorosos minutos todo cambia, el sudor se desvanece, las sábanas yacen húmedas y arrugadas.
Dos cuerpos desfallecidos, olvidando los 5 grados que los cobija, abrazados hasta con las piernas.

La calma entra en la habitación, desacelerando latidos, reduciendo respiraciones, inmovilizando cuerpos.
Ella gira mientras él se separa un poco, comienza desde la coronilla, sigue bajando hasta la nuca y permanece allí por un rato...

A besos, continúa amándola, baja por su espalda y repasa sus lunares con la yema de sus dedos; resbala hacia su pierna izquierda y continúa su camino, sin despegar los labios de aquel cuerpo tembloroso.

De pronto una melodía lenta se hace presente, junto a un impulso que trae consigo un deseo desmedido.
Un beso suave se asoma en sus labios carmín y aterriza en la piel nívea de un cuello, desciende hasta un pezón el cual reacciona al cambio de temperatura, endureciéndose.
Un abrazo fuerte une a los dos amantes, fundiendo su alma con el calor que aún emana su piel.


Ella llora, está tan feliz de poder disfrutar ese momento con el hombre, su hombre, al que ama más que a un día lluvioso.
Él la abraza, protector. Suelta al aire un "Te amo" que suena a juramento
Y ambos se besan, se tocan, se aman como si no fueran a sentir esa felicidad jamás.

Acomodan sus cuerpos en otra posición placentera y vuelven a comenzar, hasta que la alarma suene y ella se tenga que ir a trabajar.

sábado, 14 de enero de 2012

Yo no pedí que amaran mis defectos.

Le he robado la cartera a la tristeza, he pasado tardes muertas con mis culpas, he tomado drogas pasando noches enteras fuera de mi cuerpo, he bebido los licores de la más absoluta felicidad y también me han aplastado los miedos de la infancia. He querido y he odiado, fui capaz de saltar las tapias del rencor, he pedido perdón, he hecho cosas irreparables, he mentido por un beso y he dicho la verdad aun sabiendo que así lo perdería todo. He tanteado con mi mano el camino de tu espalda encontrando el tiempo perdido. He sido Electra, Pandora y Penélope. He follado en lugares que ni te imaginas, he flotado desnuda en el mar de tus entrañas, fui capaz de atrasar los calendarios, he gritado como una loca, he visto llorar a mi madre, he subido a trenes sin destino, vi como asaltaban a una anciana y nadie le ayudaba, he hecho muchísimas cosas por muchas personas, he ocultado mis defectos, he visto a la pobreza pasearse por las aceras, hice un mundo a tu medida, me conozco de memoria tus cosquillas, me han engañado, he sido fiel y he dado hasta vaciarme. He firmado 900 despedidas, he probado la anestesia, he sido cobarde y valiente, he pensado que no valía para escribir. He experimentado la frustración, he conocido el dolor de la impotencia. He llorado hasta deshidratarme. He escuchado a los árboles, me he hecho la dormida y he probado la gloria tras darlo todo por perdido. Me he gastado mucho dinero en cosas innecesarias, me han roto el corazón de todos los modos posibles y también he hecho mucho daño. Me he perdido a 2 cuadras de mi casa. He sentido desesperación, he querido matar, he querido amar,he querido darme oportunidades, he visto el amor con estos ojos, he hecho caso a mi cabeza y no a mi corazón, he probado 1000 salivas diferentes pero lo más importante, me han tocado hombres repulsivos, han hurtado mi piel una y otra y otra vez, hasta dejarme sin conocimiento, he dicho las cosas más obscenas, he echo las cosas más estúpidas, he dicho las pendejadas más grandes. He escrito las cosas más maravillosas y te he dedicado cada uno de mis logros; Y nada de eso importa, porque he conseguido lo más importante para mí...  He conseguido que me ames.


[Adaptacion mía de un texto de Marwan]
Contágiate de mí en las estaciones, desviste mis asfixias, mis premuras.
Consuélame las lágrimas con besos, acércate y baila en mi cintura. 
Ven aquí, arráncame, llévame al lugar donde mi pasión no es un engaño ni mi orgasmo, pasajero,
ni mi virginal abrazo es un cuento decorado con adornos de otros cuentos.

Regálame tu imán, tus fantasíasy quédate pegado a mis costuras. 
Enséñame a mirar con tus pupilas. 
Acércate que baile en tu cintura. 
Ven aquí, arráncame, llévame al lugar donde mi agonía no es tristeza, ni mi júbilo espejismo, ni me crecen las espinas debajo del abismo oculto entre mi falda. 

miércoles, 11 de enero de 2012

Si yo, tú. Si tú, conmigo.

Si yo, tú.
 Si caes, yo contigo y nos levantaremos juntos en esto unidos. 
Si me pierdo, encuéntrame. Si te pierdes, yo contigo, y juntos leeremos en las estrellas cuál es nuestro camino. Y si no existe, lo inventaremos. 
Si la distancia es el olvido, haré puentes con tus abrazos, pues lo que tú y yo hemos vivido no son cadenas... ni siquiera lazos: es el sueño de cualquier amigo es pintar un te quiero a trazos, y secarlo en nuestro regazo. Si yo, tú. 
Si dudo, me empujas. Si dudas, te entiendo. 
Si callo, escucha mi mirada. Si callas, leeré tus gestos. 
Si me necesitas, silba y construiré una escalera hecha de tus últimos besos, para robar a la luna una estrella y ponerla en tu mesilla para que te dé luz. 
Si yo, tú. Si tú, yo también.
Si lloro, ríeme. Si ríes, lloraré, pues somos el equilibrio, dos mitades que forman un sueño. 
Si yo, tú. Si tú, conmigo. 
Y si te arrodillas haré que el mundo sea más bajo, a tu medida, pues a veces para seguir creciendo hay que agacharse. Si me dejas, mantendré viva la llama hasta que regreses, y sin preguntas, seguiremos caminando. Y sin condiciones, te seguiré perdonando. 
Si te duermes, seguiremos soñando que el tiempo no ha pasado, que el reloj se ha parado. 
Y si alguna vez la risa se te vuelve dura, se te secan las lágrimas y la ternura, estaré a tu lado, pues siempre te he querido, pues siempre te he cuidado. 
Pero jamás te cures de quererme, pues el amor es como Don Quijote: sólo recobra la cordura para morir. Quiéreme en mi locura, pues mi camisa de fuerza eres tú, y eso me calma, y eso me cura...


Si yo, tú.
Si tú, yo.
Sin ti, nada. Sin mí, si quieres, prueba.

lunes, 9 de enero de 2012



"- Hoy hay luna llena. ¿Te has dado cuenta de lo grande que es la luna cuando sale, y lo pequeña que es cuando está en lo alto del cielo?

- Eso depende de tu perspectiva. En realidad no importa dónde está el cielo o dónde estás tú en el mundo, si levantas la mano y cierras un ojo… nunca es más grande que tu pulgar."

Por pedir, te pido a ti.

Por pedir, pido veinticuatro horas a tu lado en las que nos dé tiempo a todo menos a perder el tiempo. Por pedir, pido que me baste ese día para convencerte de querer estar conmigo para el resto de tus días.
Por pedir, pido y preciso que exista un preciso momento, en el que se te escape un beso cuando menos te lo esperes, y cuando más lo lleve esperando yo.

Por pedir, te pido en una tarde lluviosa, dentro de una casa sin gente, sobre un sofá sin cojines (para que sólo puedas abrazarte a mí), enfrente de mi película favorita… Bueno, si quieres enfrente de tu película favorita… bajo una manta que haga de telón tras el que actúen nuestras manos; marionetas manejadas por los verdaderos sentimientos. Me pido entonces tus dedos acariciando mi brazo, y mis cosquillas jugando al escondite con ellos.

Por pedir, pido dar un paseo al mismo paso, frenarnos en seco de repente, y mojarnos los labios sin que nos vea la gente. Pido, mientras caminamos por cualquier calle, llevarte y traerte al contarte cualquier estupidez, agarrando con mi mano tu brazo, como si de un acordeón te tratases, y tu risa fuese la mejor de mis melodías.

Por pedir, pido pararnos unos segundos ante cualquier escaparate, continuar andando, y que, momentos después, me preguntes cuánto costaba ésta o aquella cosa. Entonces me pido contestarte que no lo sé, que no me fijé, porque lo único que he sido capaz de ver en el cristal ha sido tu imagen reflejada, y aquello… no tenía precio.

Por pedir, pido que me acompañes hasta el andén en el que días más tarde me estés esperando, y que mientras llega el autobús me mires con ojos tristes a la cara, aproveches mi distracción para agarrar fuerte con tus dos manos mi cinturón, en un intento por no dejarme ir, y me hagas perder todo menos la sonrisa.

Por pedir, pido un café caliente mientras espero al siguiente autobús, colocar las manos alrededor de la taza, apretando con todas mis fuerzas para captar el calor, y que tú, de un plumazo, con un movimiento rápido, de esos que no dejan tiempo para invertir en especulaciones, me eleves la temperatura de todo el cuerpo.

Por pedir, pediría siete mil peticiones más, alargaría la lista hasta quedarme sin papel, y lo reciclaría para seguir pidiendo; para seguir pidiéndote… pero no me queda más remedio que impedirme continuar, que pedirme no continuar… Paro y reparo mi lista; te tomo de la mano y dejo de pedir.

Soy...

Tan terca...
que intento una y otra, y otra, y otra vez; hasta quedar en el suelo, cansada.

Tan ingenua...
que puedo tragarme cada mentira pronunciada, y aún así creyendo.

Tan loca...
que salgo corriendo, descalza y furtiva hasta tu casa, solo para darte un beso y desearte buenas noches.

Tan brava...
que si me provocas puedo llegar a golpear peor que un varón.

Tan débil...
que puedo negarme a cualquier cosa, excepto a un abrazo tuyo.

Tan triste...
que ni las putas de García Márquez se comparan conmigo.

Tan feliz...
que las lombrices no me llegan ni a los talones.

Tan ácida...
que el limón se vuelve la fruta más dulce a lado mío.

Tan tuya...
que ya no sé lo que era antes de ti.
Triste. Como el perro en la autopista, como una tortuga con prisa, como una monja en un burdel. 
Sola. Como cuando él se fue, como cuando no me rozan sus labios. 

Hoy me he vuelto a ver absurda, como un domingo por la tarde, como las balas por el aire, como el puto despertador. 

Inútil, como los besos que no diste, como un cuerpo que se viste cuando me desnudo yo. 
Como un borracho en el desierto, como una princesa en el metro, como un reo sin voz. 
Como una navidad sin techo, como un delfín en el mar muerto, como la lágrima que moja tu colchón. 

Vacía, como el corazón del rico, como el bolsillo del mendigo, como los besos de alquiler. 

Confusa, como una noche sin abrigo, como las frases que ya no te escribo para que vuelvas otra vez.

viernes, 6 de enero de 2012

Se evaporaban hasta las gotas que resvalaban por el asfalto con el aliento que desprendía su boca. Y aún quedan restos de su aroma incluso en mi piel. Insuficiente es cada uno de sus besos y caricias. Adictivos. Como si cada susurro se deslizara por todo mi cuerpo hasta llegar a mi pecho. Como si el temblor de nuestras extremidades me recorriera tal escalofrío. Sigo sintiéndote cerca, aquí. Se me enredaban los dedos entre su pelo mientras las caricias heladas dibujaban debilmente una sonrisa tachada de nerviosismo. Y breves despedidas dicen que los porches nos esperan, cuando llegue yo silvando una melodía y tú pintando un sol radiante.

No te vayas sin antes dejarme una copia de ti.

Antes digas nada y rechaces todo esto de pleno. Dime al menos dónde puedo encargar a alguien como tú, igualito a ti, aunque sea una copia barata, lo daré por válido. Pero encárgate de que venga con todos tus defectos incluídos en el precio. Pídeles que me plagien tu esencia, y tu estúpida forma de reírte de mí. Que hagan una absoluta fotocopia de la forma que intentas ignorarme, y hacer con que me buscas a metro por encima de mi cabeza. Lo quiero igual de artista, con la misma iniciativa, no me importa pagar gastos adicionales. Diles que no escatimen en tus detalles, y que le jodan al copyright pero que quiero calcadas todas tus palabras. Que no le cambien tu ideología, que siga sabiendo lo que quiere y hasta qué punto. Que le falten horas a sus días y que venga a robármelas a mí, aunque sea de madrugada. Pídeles que encuentren la fórmula que tienes para que me sea imposible pensar que hay algo más allá de ti y nuestra circunstancia.Aprovecha la oferta y exige que me lo envíen sin gastos de envío, con solo ganas de mí. Y si no es posible eso, pide al menos la garantía y asegura mi corazón a todo riesgo, porque últimamente está hecho mierda y no quiere ver a nadie que no seas tú.

miércoles, 4 de enero de 2012

Amanecer.

Una cara conocida entre la multitud, una sonrisa nerviosa, una buena mano jugando al Póker, un todo o nada. La cara buena de la moneda, pero también la mala. Una cama desecha, un poema a medio acabar y un cigarro a medio consumir. Es un nombre en la arena, un roce que estimula los sentidos. Un ataque de risa incontrolable. Un deseo soplando las velas. Un sueño inacabado por un despertador. Y mi mejor sensación cada mañana. 

martes, 3 de enero de 2012

Es ahora, es nunca, una mirada acompañada de mariposas en el estómago, un corazón que late deprisa, un beso al amanecer, y otros mil a medianoche.

Vengo con la intencion de robarte la atención, de provocarte un sentimiento.

En realidad, soy transparente. 
Descubrirías que me gustan los pequeños detalles, si te fijaras en mi detenidamente. 
Si abrieras el primer cajón de mi escritorio, entenderías todas aquellas cosas que me quedaron por decir, e incluso si te atrevieras a abrir mi alacena, sabrías que la nutella es mi gran aliada 
Puede que si cogieras mi móvil, entendieras la banda sonora de mi vida y si miraras mis canciones verías que siempre hablan de ti y de mi, aunque a ti solo te parezcan simples canciones, e incluso es probable que si un día miraras la papelera de mi habitación, te asustaras al ver todos los gritos que he callado y todas las lágrimas que se han quedado estancadas en mis ojos. 
Pon el ojo en mi cámara y mira el mundo a mi manera, puede que así consigas entender todos mis miedos. 
Pasa el dedo por mis uñas, así quizás entiendas que soy frágil y me consumen los nervios, o simplemente cierra los ojos, pon las manos en mis mejillas y sabrás si la vergüenza ha desaparecido. 
Abrázate a mi almohada y descubrirás de qué están hechos cada uno de mis sueños... 
Pero si quieres, olvídate de todo lo demás, mírame a los ojos y verás lo único que me importa ahora mismo, aquello que le da sentido y cordura a cada una de mis locuras y a cada una de las tonterias que puedo decir a lo largo del día.


"- Y si no puedo querer ¿qué? ¿Y si soy como un peón del ajedrez? que su máximo movimiento en el amor es un pasito adelante, solo un pasito adelante… que no soy como las torres, ni como los caballos, ni los alfiles , soy solo un peón…
- Entonces difícilmente podrás comerte a la reina, atrévete, aunque sólo sea por una vez."

Soy tan valiente como los valientes.



A veces me despierto sin querer, puedo verte cuando no me ves, dormido a mi lado. Y me apoyo en tu corazón y te canto en una canción lo que nunca te digo. Si pudiera abrazarte tan fuerte y consiguiera quedarme dentro para siempre, moriría por ti, moriría por ti como mueren los valientes. A veces me quiero despertar, necesito oírte respirar para sentirme viva. Si pudiera explicarte todos mis silencios, sólo son laberintos en los que te pierdo, viviría por ti, viviría por ti como viven los valientes.

Hoy me apeteces tú.

Hoy me apetecen curvas, y conducir caricias por los kilómetros de tu piel. 
Tirarme de cabeza en el café de tus ojos, nadar en él. 
Que me ahogues entre mil abrazos. 
Hoy me apetece llamarte ‘guapo’ y leerte en los versos que escriben tus labios. 
Ensayarte sonrisas, vestirme desnuda. Que me traces en tus lienzos.
 Hoy me apetece dormir contigo, y que me despiertes mañana. 
Soñarte en mis pesadillas. Que me rescates desde el otro lado de la cama.
 Hoy me apetece besarte y que me comas a besos.
Bucearte entre las sábanas, decirte que te he echado de menos.