jueves, 19 de enero de 2012

Everyday.

Todos los días, al levantarme, recuerdo tus palabras. y mi cabeza (quizás mi mente) lo hace de tal manera que parece que estás a mi lado, a escasos centímetros, repitiéndomelas, una por una. Es tanta la sensación de cercanía que me quedo sentada al borde de esta roca, con la cabeza mirando al agua, ojos cerrados, disfrutando de ese resquicio de voz dulce que me invade todo el cuerpo como la primera vez. Y tu olor se cuela en la atmósfera, y tu presencia se esfuma de mi subconsciente como el sol en verano. Debo de estar loca porque cuando miro al frente veo tu imagen y miro tus ojos y entonces me doy cuenta: el mundo puede venirse abajo si quiere. Y no quiero parpadear, porque sé que cuando lo haga se irán. Parpadeo. Se han ido.