Triste. Como el perro en la autopista, como una tortuga con prisa, como una monja en un burdel.
Sola. Como cuando él se fue, como cuando no me rozan sus labios.
Hoy me he vuelto a ver absurda, como un domingo por la tarde, como las balas por el aire, como el puto despertador.
Inútil, como los besos que no diste, como un cuerpo que se viste cuando me desnudo yo.
Como un borracho en el desierto, como una princesa en el metro, como un reo sin voz.
Como una navidad sin techo, como un delfín en el mar muerto, como la lágrima que moja tu colchón.
Vacía, como el corazón del rico, como el bolsillo del mendigo, como los besos de alquiler.
Confusa, como una noche sin abrigo, como las frases que ya no te escribo para que vuelvas otra vez.