Háblame antes de que suceda, háblame hoy, que este viento traerá tu voz. Dime que un día volveremos a estar, a sentir, sin límites, sin medida. Aunque no sea cierto, dímelo. Dime que la vida entonces será larga y la tristeza breve. Miénteme. Cuéntame medias verdades partidas en dos, fragmentos de mentiras que hablen del reencuentro. Alivia con tu voz la carga de conocer todas las formas del verbo adiós. Desde todos los puntos cardinales me llega tu recuerdo, tu inexistencia, destrozando todas las palabras que pensé, todos los propósitos que planeé para olvidarte, para salvarme. ¿Sabes?, no se puede medir esta oscuridad. Tendré que dejar de preguntar, pues sólo una silenciosa quimera llega por respuesta. Tendré que dejarte, te dejaré definitivamente olvidada. Seguiré pensando en otras cosas para no caer en el dolor de pensarte. Aunque sigas en todo. Tal vez, de vez en cuando, te sueñe disimuladamente.
-David F. Cantero-