jueves, 23 de febrero de 2012


¡Mírame! ¡No vuelvas la cabeza, fingiendo que no entiendes qué hago ni qué digo! ¡Mira y comprende el tormento que me aflige! ¿A quién podría encontrar, si te llevo en mis huesos si eres parte de mi carne? ¡Tu sangre fluye más deprisa cuando lo hace la mía! ¡Tus ojos arden cuando arden los míos, no lo niegues!